miércoles, 10 de diciembre de 2008

ME DECLARO CULPABLE


Me declaro culpable
De criminal impaciencia e inexcusable melancolía
De evadir el impuesto a la risa
De no tener tarjeta de presentación
De ejercer ilegalmente la profesión de destripador
De portar a diario un bolso cuyo contenido ignoro por completo
De conducir carros de supermercado en total estado de lucidez
De profanar silencios ajenos
De omitir detalles fundamentales y fundamentar omisiones imperdonables
De usar talco desodorante en los pies
De no haber pasado la página treinta de "La Teoría de la Metacrítica del Conocimiento"
De ser el único idiota en el mundo que se mamó los trece tomos de las obras completas de Lenin
De haberme dormido en un filme de Win Wenders
De haber visitado países y ciudades sin salir del hotel
De acostarme con estrellas fugaces y despertar con toda una constelación
De escuchar en privado canciones de Sandro
De haber transmitido por radio informes de temperatura y humedad sin consultar al Servicio de Meteorología de la Armada de Chile
De no tener televisión
De haber desvestido santas y vestido demonias
De no haber alcanzado la absoluta certeza de la existencia de Dios
De hablar y callar más de la cuenta, ambas cosas a la vez
De haber sustentado seriamente y durante largos años necedades como "El camino de los excesos conduce al palacio de la sabiduría"
De haber jugado a la ruleta rusa esperando ganar un oso de peluche
De no haber puesto todo de mi parte
De vivir y morir al día
De no haber tenido siempre el coraje ni la consecuencia
De no haber hecho mucho más que lo bastante
y también me declaro culpable de todo lo demás

(Mauricio Feller)