PINTURA: Energia para la vida - DE: Marta Eugenia Yglesias Piza
Eran todo y algo más
las fronteras no existíaneran la inmensidad.
El alba encogió de sopetón,
quebró el todo en un suspiro,
al horizonte de su cama
cayó frente a los muros del cuarto.
Su esqueleto yació en despedazos...
los trozos fue pegando en lunas desmayadas
Su esencia irrumpió rompientes
cerca del agua mojada
en las orillas nubladas.
Los pálpitos fue sembrando ,
despertó esparcida al horizonte
se alegraron las sombras.
Sobremurió a la alborada,
sin fronteras.
Edith Obaid