martes, 9 de junio de 2009

PORQUESI

Declarado testigo incierto,
arrebaté infantiles pábulos y cariacontecido,
probé tu ácido contrito...
Estoy en cantos de baile anaranjado,
tras el sol, en invierno candente,
soy abrupto presagio denso,
acumulador de ventanas,
oculto.
Tu cuarto-mesa y tu,
y yo, arrimado a la niebla,
encasillado en mares pétreos,
dubitativo y prófugo,
fui transeúnte rojo,
urbana angustia iracunda,
encerrado en calles,
en marasmos de cópula vigilante,
en operas decadentes;
difuso, distante, melindroso,
instalado en tu vientre costado,
en fisuras de conciencia,
en racontos de cínico,
en trampas reales.

Claudio Camus Cervantes

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