miércoles, 28 de octubre de 2009

1994-1995-1996.................


Pintura: Salto decidido
Autor: Eustaquio Carrasco

Hemético, repelente, desperdigado, arrancando,
oculto en bambalinas trágicamente ordinarias, sumándome al colectivo, indistinguido, en arranques solitarios, errabundos, en búsquedas fracasadas, con la profecía autocumplida, “gatillando a mil”, en la verba disoluta. 

En abusos de engatusador, desperdigado, nuevamente, contando nada.
En violento ejercicio inocente, torvo y vacilante, escudriñador enceguecido, constreñido de espacios.

Inmerso en el nido de rufianescos caracorbata, adintelado en sus dominios, dedicado a contestar fónicos mensajes, en intentos de descubrir ese ha-ser del baile en pos del “éxito” al como atemporar espacios oteando ajenos zarpazos, intrigado por ajenos decires, espectando la danza de los negocios, el ansia ansiosa del dinero, el aferramiento al acumular, la ausencia de solidaridad, el aprovechar al otro, el usar al próximo prójimo, el estrujar la oportunidad; ese no soltar el penique, acaudalarse a costa cualquiera, la pena de la deshumanización; la des-ilusión, la necesidad de justicia, la valórica existencia deshilachada.

Con los tímpanos destemplados, agostados de oralidades incoherentes,
el sofisma disfrazado, las ocu-recu-rrencias vestidas, ornadas de pseudo sapiencia,
las palabras enmascaradas.

Y vamos, hasta el cansancio, el agotamiento de la gotosa siquis, mirando de frente,
con la certera certeza de habitar el verbo correcto, de no haber tras-pasado, del autolímite costoso,
en la inmolación de respetar al otro, con la contestada pregunta persistente entre ser víctima o victimario.

Y desvelado por pálpitos insistentes, con dudosas convicciones royendo las neuronas, engatusado por augurios de vidente, de arúspice empecinado, redomado y triste,
con la decadencia de fin de siglo agostada en cada yema yemosa, escuchando a lo lejos las miradas lascivas,
contemplando impotente el retruécano del engaño, la desconfianza emergente de los poros,
el asqueo de sucias constataciones.


CLAUDIO CAMUS

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