con todas las alunaciones acumuladas bajo los párpados
Casi siempre regalan cangrejos o telescopios
y ya no recuerdan cuándo fue la primera vez que oyeron a sus zapatos llorar bajo la cama
Van y vienen solos, solos, siempre solos, como hormigas exploradoras
Piensan que los espejos saben más de la cuenta
Archivan cuidadosamente la evidencia de los otoños
para que nadie reconozca en los nudos de sus rostros los árboles que ayer fueron
Se pasean nerviosamente por andenes
esperando el regreso de amigos que jamás hicieron
Creen en Dios sólo porque saben que no existe
Se la pasan huyendo del olor a presagio
Ellos mueren para morir
porque para los moridores la muerte se vive
Los moridores mueren sin morir
mueren en silencio, dichosos, sin culpar a nadie, sin arrepentirse
Cuando aman se desesperan
porque quisieran que todos sus brazos y todas sus piernas fuesen anclas
Y en nombre del amor escriben con semen, matan polillas con las cejas
Los moridores se reconocen entre sí porque no tienen nada que decirse
Son los únicos apóstoles que no fueron invitados a la última cena
Cuando los moridores mueren otro moridor hereda su tristeza toda
Los moridores mueren sólo por morir
y a veces mueren por joder, sólo por joder
Andan por la calle con una maleta nunca abierta
con profecías en lugar de promesas, con los bolsillos repletos de llaves
Los moridores mueren mucho antes de morir
Los moridores no ven la diferencia, realmente no la ven
Mauricio Feller
Mauricio Feller
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