lunes, 30 de marzo de 2009

TROZ

Ale!¡!¡ Ale¡!¡! aaaarrriiiba las palmas; AaaaaaaZUCA, y dice la cumbia: Son quince son veinte son treinta, cuarenta cincuenta sesenta, no imp –Yoolito y su combo- orta los años que tienes ....... es el tiempo el que no se detiene.
Dice la cumbia y tiene razón, igual que el Tata Marx cuando señala que el tiempo es unidireccional; aunque ha veces me gustaría creer que no –pero insisto: parece que el Tata tiene razón-
En algunas cosas, porque como todo ......... ¿ TODO ? tiene sus pros y sus contras; ahí es donde entra, en esta ronda atemporal, mi compáre Diógenes, el helénico aquel, uno de los primeros desmedidos, el fundador de la Cínica academia, ese gueón y él Epicúreo, el sujeto ese de Samos son los más desequilibrados de aquel equilibrado afán vitalista.
Comentarios desperdigados, porque sí, atemporales ya, desfechados, incontados son los días en que aparecen súbitos, llamados a la distancia, a viajar a alguna parte a devorar pupilas.
Aunque ya no cuento cuentos, no es necesario; la percepción no ha de variar demasiado; porque cambio todo los días, tanto, que me quedo estático e inmutable en el espiral cotidiano cuyo objetivo hoy es avanzar a la tierra, a su vientre bienhechor, con la parsimonia de siempre en los saltos de tiovivo, en la marraqueta con mantequilla y tesito, en el cafecito –por qué no? ..¡¡ah¡! y un cigarrito- si no fuera mucho y cof cof, ejem ejem ....... que es lo que decía? Que ya no cuento –eso es- porque mucho que contar no hay, la estaticidad del estar-ser deviene en infinita. Extasiado –como en un cuadro de época- autocontemplo el segundo que viene.
Algo habrá que hacer con esta puta vida. Reza la oración que mi acervo carga –y el tuyo también- en lo personal algo he hecho –no mucho que digamos- el mea culpa necesario en este trasladar ideas en torrente; la cosa tal vez más simple sea preguntarse -al más Gariniano estilo- si la cosa es ser o hacer; y ¡Claro! Pareciera ese el nudillo del asunto no?
Y ..... todo bien, la vida marcha, las hijas crecen, aparecen las canas y desparecen los dientes, se caen las tetas y se caen los ídolos y los colmillos al elefante; insorprendido y melancólico por no cambiar el mundo, me dedico a imprimirme ad-honorem en un Lunes a las 14,04 pm.

CLAUDIO CAMUS CERVANTES

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